En un mundo que se mueve tan rápido, donde el estrés, la ansiedad y el cansancio emocional son parte del día a día, cada vez más personas buscan formas de reconectar consigo mismas. Entre las herramientas más poderosas y transformadoras que existen están la psicoterapia y el yoga. Aunque vienen de mundos distintos —uno desde la ciencia y la salud mental, y el otro desde la espiritualidad y el movimiento— lo cierto es que se complementan de manera profunda y hermosa.
Es así como, gracias a mi experiencia profesional y de vida personal, llegan a mí en momentos diferentes la psicoterapia y el yoga. Cada uno de ellos me ha enseñado herramientas, formas de ver y vivir la vida, a través del autocuidado, la autocompasión y el autoconocimiento.
La psicoterapia es un proceso de tratamiento que ayuda a las personas a enfrentar y superar problemas emocionales, psicológicos o conductuales, mediante el diálogo con un profesional de la salud mental.
Algunos de los beneficios que la psicoterapia puede traer a tu vida son:
Por su parte, el yoga es una práctica milenaria originaria de la India que busca la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. A través de posturas físicas (asanas), ejercicios de respiración (pranayama) y meditación, el yoga ayuda a alcanzar un estado de equilibrio y bienestar integral.
Aunque muchas personas lo conocen por sus movimientos corporales, el yoga es mucho más que ejercicio: es una filosofía de vida que promueve la conciencia plena, la compasión y la conexión interior.
Aquí es donde ocurre la magia. Aunque cada práctica tiene su propio enfoque, cuando se combinan pueden potenciarse mutuamente de formas muy poderosas:
Aquí van algunas recomendaciones para comenzar este camino:
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